Cuando se enfrentan a peligros ambientales desconocidos e invisibles para los sentidos del cuerpo, un detector de gas es la primera línea de defensa para la seguridad de los trabajadores. Los detectores de gas portátiles suelen formar parte del equipo de protección personal (EPP) exigido por las empresas y diseñado para mantener la seguridad del personal. Los monitores o detectores personales de cuatro gases evalúan continuamente el entorno de un trabajador para detectar múltiples riesgos de gas. Un monitor de cuatro gases proporciona una cobertura completa de detección de gases para entornos de trabajo complejos cuando existe un riesgo de lesión, enfermedad o muerte por gases ambientales potencialmente tóxicos o explosivos.
Los peligros que plantean los gases pueden clasificarse en tres categorías: tóxicos, asfixiantes y combustibles. Los monitores de cuatro gases suelen estar configurados con sensores para abordar cada una de estas situaciones para un lugar de trabajo o escenario determinado. Por ejemplo, en la industria energética, el gas ácido presenta un riesgo significativo de exposición al sulfuro de hidrógeno (H2S) para los trabajadores. Muchas empresas complementan la supervisión del H2S con gases combustibles, oxígeno y monóxido de carbono. Los sensores de gases combustibles son una adición inteligente a los lugares en los que hay gas natural con H2S, ya que abordan la detección de una atmósfera potencialmente explosiva. Todos requieren oxígeno, que puede ser desplazado por otros gases, provocando una deficiencia. Además, la combustión incompleta puede generar monóxido de carbono, un gas asfixiante.
Un monitor de cuatro gases suele ser una inversión inteligente para muchos sectores y aplicaciones. El sistema de detección de gases conectado G7 deBlackline ofrece un exclusivo diseño modular y personalizable, que proporciona una detección de gases completa y adaptada a cada escenario de trabajo. Los cartuchos de cuatro gases convierten al G7 en un monitor de cuatro gases y son compatibles con una selección de sensores de gas.
G7 con un cartucho de cuatro gases es un monitor de cuatro gases altamente configurable que es compatible con una gama de sensores de gas que incluye gases combustibles, sulfuro de hidrógeno, monóxido de carbono y oxígeno. Actualmente se están desarrollando otros sensores para ampliar nuestra línea de sensores disponibles.
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Los sensores de oxígeno alertan tanto de los ambientes enriquecidos como de los agotados. El enriquecimiento de oxígeno (más del 23,5%) se produce cuando la concentración de oxígeno supera la del aire fresco, aumentando potencialmente el riesgo de combustión de gases inflamables. Los ambientes deficientes en oxígeno (menos del 19,5% de oxígeno) presentan un peligro de asfixia y pueden afectar al sistema respiratorio del cuerpo en segundos. Otros gases, tóxicos o no, pueden desplazar al oxígeno, creando una atmósfera peligrosa que perjudica la respiración del trabajador.
Los gases combustibles suponen un riesgo de explosión. Los sensores LEL detectan la concentración de gases inflamables o explosivos y alertan al usuario si el nivel de gas supera la concentración preconfigurada por debajo del límite inferior de explosividad (LEL), mucho antes de que se produzca el potencial de explosión.
Los gases tóxicos suelen ser de acción rápida y, dependiendo de la concentración, pueden afectar a los sistemas del organismo muy rápidamente o suponer un riesgo para la salud a largo plazo. Los sensores electroquímicos de gas, como los de monóxido de carbono (CO) y sulfuro de hidrógeno (H2S), alertan mucho antes de que los niveles de gases tóxicos alcancen concentraciones perjudiciales.
G7 admite tres tipos principales de sensores de detección de gases que permiten controlar los gases tóxicos, asfixiantes y combustibles.
Los gases peligrosos varían de una industria a otra, en función de los materiales que se manipulan y de las condiciones ambientales naturales. La detección integral de gases con un monitor de cuatro gases se adapta a las diversas amenazas de gas a las que pueden enfrentarse los empleados en su trabajo.
Los dispositivos G7 con un cartucho cuádruple de gas proporcionan una supervisión de seguridad y una cobertura de gas para una variedad de entornos de trabajo complejos. El cartucho de cuatro gases admite hasta cuatro gases, pero también puede configurarse para dos o tres sensores de gas.
El mantenimiento y la calibración adecuados son necesarios para garantizar un rendimiento y una precisión fiables de los cuatro monitores de gas: un mantenimiento inadecuado puede dar lugar a lecturas inexactas o a que no se detecte un sensor que no funciona.
La OSHA recomienda desarrollar procedimientos estandarizados para garantizar las calibraciones y el uso adecuado, incluyendo la documentación y la verificación del mantenimiento adecuado. La calibración se refiere a la medición de la precisión de un instrumento en relación con una concentración trazable conocida de un gas de prueba. Es importante calibrar los dispositivos en condiciones ambientales que sean iguales o cercanas a las condiciones de trabajo del mundo real. Además, ISEA recomienda verificar la capacidad operativa de los sensores de detección de gases (bump testing), antes de cada turno, además de la calibración periódica.
Blackline's G7 Dock ofrece una solución rentable para realizar pruebas funcionales y calibraciones mientras se minimiza la cantidad de gas de calibración utilizado. Destacaremos nuestro G7 Dock en un próximo artículo del blog.