Seguridad: ¿hemos llegado ya a ese punto?

En la última década o dos, los países desarrollados han visto un impulso legislativo y social concreto hacia la mejora de las normas de seguridad de los empleados en el lugar de trabajo. Con la responsabilidad que tienen los empleadores de proporcionar lugares de trabajo seguros y protegidos, ¿por qué entonces seguimos viendo sistemáticamente violaciones de las medidas de seguridad en todo el mundo? Tal vez sea el resultado de la codicia, o tal vez de la falta de educación, pero aunque la humanidad ha hecho grandes progresos en el ámbito de la seguridad de los trabajadores, tanto a través de la legislación como de la demanda de la sociedad, todavía nos queda un largo camino por recorrer. La única manera de que la seguridad se convierta en una prioridad absoluta para las empresas - todas las empresas - será si se convierte no sólo en la mejor práctica, sino también en la más rentable.

Las empresas de construcción británicas ignoran ampliamente la seguridad

No hace falta ir muy lejos, ni teclear mucho en Google, para encontrar algún artículo sobre procesos de seguridad incumplidos. Un artículo del Reino Unido brillantemente escrito por Nick Cohen esboza la pseudoguerra de la industria británica de la construcción contra la seguridad. El Sr. Cohen describe un ambiente horrible en todo el sector en el que los representantes de la seguridad y los especialistas de la industria pasan a formar parte de una lista negra, incapaces de encontrar trabajo en la construcción debido a su perspectiva única respecto a la seguridad laboral. Sin embargo, no sólo se discrimina a los que tienen experiencia en seguridad; el artículo describe situaciones en las que se ha señalado a trabajadores que se han quejado de normas de seguridad laxas o inexistentes, sólo para encontrarse en la lista negra de todo el sector.

La seguridad en Norteamérica también es deficiente en muchos aspectos

Más cerca de casa, la seguridad también se enfrenta a retos en muchas industrias y zonas geográficas. Desde los restaurantes, famosos por no rellenar los formularios de accidentes en el lugar de trabajo, hasta las grandes plataformas petrolíferas y las refinerías, que recientemente han sido noticia por causar enormes daños al medio ambiente, la seguridad ha permanecido en el centro de la escena, pero sólo ha logrado un progreso marginal. En una sociedad que defiende tanto la seguridad de boquilla, ¿no deberían la mayoría, si no todas las industrias, haber superado ya este tipo de errores y descuidos?

¿Por qué no se pueden implantar prácticas de seguridad laboral adecuadas y generalizadas?

Entonces, ¿por qué la salud y la seguridad han seguido ocupando un lugar secundario a pesar del debate mundial que continúa en torno al tema? La respuesta es simple y llanamente económica. Mientras que hay muchos, muchos empleadores en todo el mundo que han decidido hacer de la seguridad de sus empleados una prioridad absoluta (y elogiamos mucho a todos los que lo han hecho), todavía hay muchas organizaciones que, al carecer de la previsión, la compasión o el incentivo económico, han decidido seguir un enfoque no centrado en la seguridad para mantener los costes bajos... y en eso radica el problema.

¿Cómo hacemos de la seguridad la prioridad número uno?

La seguridad no debería ser, ni tiene por qué ser, la solución menos económica para un empresario. De hecho, gran parte de la bibliografía publicada en Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido en relación con la adopción de procesos de seguridad concretos y eficaces en el lugar de trabajo indica que la reducción de las primas de seguro que se deriva de dichas implementaciones de seguridad se paga sola.

Otro método de reducción de costes que se ha hecho factible en la última media década ha sido la automatización a gran escala de los procesos de supervisión de la seguridad. Gracias a los avances en las tecnologías de comunicación y seguimiento, ahora es posible supervisar la seguridad de los empleados sin necesidad de una gran infraestructura o mano de obra adicional. De este modo, los costes de la implantación de sistemas de vigilancia sólidos pueden compensarse en gran medida, si no por completo, con el ahorro obtenido gracias a la reducción de las primas de los seguros.

Es posible que pase un tiempo hasta que podamos convencer a todos los empresarios del mundo de que adopten normas de seguridad basadas en la moral o la legalidad. Sin embargo, si dejamos que el dinero hable, si la seguridad se convierte no sólo en la mejor práctica, sino también en la más económica, puede que finalmente tengamos un mundo en el que todos lleguen a casa sanos y salvos. Tenemos el poder de hacerlo realidad.

Blackline es sólo una de las muchas empresas que pretenden hacer que las prácticas de seguridad sean más asequibles, eficaces, viables y aplicables a las empresas de todo el mundo. Para saber cómo lo hacemos, visite www.blacklinesafety.com.