Cuando el personal de materiales peligrosos llegó al lugar de una fuga de amoníaco en un almacén frigorífico una noche, estaban preparados para cualquier cosa. Uno de los intervinientes llevaba un detector personal multigas G7 y el equipo también tenía preparado un monitor de zona G7 EXO.
Inmediatamente instalaron el G7 EXO a sotavento de la instalación para determinar el nivel de peligro en el exterior. A las 21:08, el dispositivo detectó altos niveles de amoníaco (NH3), alertando al equipo de una situación potencialmente volátil. Se envió una notificación de alarma alta al jefe de bomberos, que se encontraba fuera de servicio a muchos kilómetros de distancia.
El peligro se agravó cuando empezaron a sonar las alarmas de amoníaco y sulfuro de hidrógeno (H2S). El jefe pudo controlar la situación a distancia desde su smartphone. Con acceso instantáneo a datos en tiempo real desde el lugar de los hechos, pudo seguir y gestionar la respuesta a medida que se desarrollaba.
A las 21.42 horas, después de que se registraran 18 casos de alta exposición a gases, la llamada quedó resuelta y los bomberos se dirigieron a su siguiente emergencia: un incendio de estructuras.